Usuarios repudian el paro del transporte y califican la medida como un atentado a la población; largas caminatas, filas en teleféricos y molestia generalizada marcaron la jornada.


La ciudad colapsada por bloqueos

Una jornada crítica vivieron este martes miles de ciudadanos que intentaban trasladarse entre las ciudades de La Paz y El Alto, luego de que transportistas afiliados a sindicatos paceños bloquearan desde muy temprano los principales accesos que conectan ambas urbes. La medida de presión generó un caos vehicular, obligó a los usuarios a caminar largas distancias, realizar transbordos improvisados y abarrotar las líneas del teleférico, donde se registraron extensas filas.

El paro sorprendió desde primeras horas del día, afectando a trabajadores, estudiantes y personas que requerían atención médica. “Tengo que bajar al hospital, mis sobrinos están internados y no hay forma de llegar. No tengo pasajero, no tengo nada. Esto está muy mal”, relató una usuaria visiblemente alterada por la situación.


El paro, un golpe en medio de la crisis

Vecinos y ciudadanos manifestaron su indignación con los transportistas movilizados, considerando que el paro se da en un contexto económico complejo y que afecta directamente a los más vulnerables.

“¿Cómo van a hacer paro en estos momentos de crisis? Todo está subiendo, todo está caro, y encima no podemos ni movilizarnos. ¿Qué van a comer mis hijos si no puedo trabajar?”, cuestionó otra afectada en medio del tumulto. La frustración fue compartida por varios entrevistados que, al no encontrar transporte público, debieron caminar durante horas.


Filas interminables en el teleférico

Ante la imposibilidad de utilizar el transporte terrestre, muchos optaron por recurrir al sistema de teleféricos, único medio funcional en medio de los bloqueos. No obstante, las largas filas y la alta demanda colapsaron las estaciones.

Las imágenes desde varias estaciones mostraron a centenares de personas esperando su turno para abordar las cabinas, en una jornada que se extendió en tensión, malestar y sin respuestas inmediatas por parte de las autoridades.


Rechazo ciudadano: “Un atentado a la población”

La protesta del transporte no fue bien recibida por la población. Los usuarios coincidieron en que se trata de una medida desproporcionada e insensible. “Los perjudicados somos los que caminamos todos los días para ganarnos la vida. Que se sienten a dialogar de una vez, esto no puede seguir así”, pidió una señora mientras trataba de cruzar uno de los puntos bloqueados.

El malestar ciudadano se tradujo en una dura crítica hacia los conductores movilizados, a quienes muchos calificaron como “insensibles” e incluso de cometer un “atentado contra la población”.


Sin respuestas oficiales

Hasta el cierre de esta nota, las autoridades municipales y del sector transporte no habían brindado una solución concreta al conflicto. El pedido de los transportistas aún no fue explicado con claridad, mientras los ciudadanos claman por diálogo y soluciones que no vulneren su derecho a la libre circulación.

«En este momento debemos elevar la vida, no pelear por avances de sueldos ni nada. Esto no es justo», sentenció una de las ciudadanas entrevistadas, reflejando el sentir general de una jornada marcada por la impotencia y la indignación.

EC/Andina