El sector advierte sobre graves perjuicios económicos si el Gobierno no soluciona la crisis del carburante

El sector del Transporte Pesado se ha declarado en estado de emergencia ante la persistente escasez de diésel en los surtidores del país. Según denunció el representante del Transporte Pesado Internacional, Pedro Quispe, los transportistas llevan hasta la fecha 20 días haciendo filas en diferentes estaciones de servicio sin lograr abastecerse adecuadamente.

El diésel, un recurso clave en crisis

La falta de diésel no solo afecta a los transportistas, sino también a sectores productivos esenciales, como la zafra de la caña de azúcar, la soya y la distribución de alimentos en el país. “Si esta zafra no se salva en 30 o 40 días, vamos a entrar en pérdidas. Ya no va a haber carga que manejar en Bolivia”, advirtió Quispe.

El dirigente también hizo una comparación con los países vecinos, donde los precios del diésel son competitivos. “En Chile cuesta 9.50 bolivianos, en Paraguay 8.50, y aquí no puede costar más que en esos países. El problema es que no hay diésel, las unidades están paradas”, indicó.

Transportistas exigen soluciones inmediatas

Ante esta situación, el sector transportista exige una respuesta inmediata del Gobierno para garantizar el suministro de carburante. “El movimiento económico del país depende del transporte. Si no hay diésel, no se mueve ni un kilo de carne”, subrayó Quispe.

Además, alertó que de continuar la crisis, el impacto se sentirá en el costo de los productos de la canasta familiar, lo que podría agravar la inflación y afectar a la población en general.

Medidas de presión en evaluación

El sector del transporte pesado ha manifestado su intención de tomar medidas drásticas si no se atienden sus demandas. “Hoy la mayoría de los transportistas decidirá qué medidas tomar ante la falta de combustible a nivel nacional”, indicó Quispe.

La crisis del diésel se ha convertido en un problema recurrente en el país, afectando no solo a los transportistas, sino a toda la cadena productiva y comercial. El Gobierno aún no ha dado una solución concreta, mientras la incertidumbre crece en distintos sectores que dependen del abastecimiento de carburante para operar con normalidad.

EC/Andina