Activistas denuncian que la Central Obrera Regional ha perdido credibilidad y acusan a su dirigencia de actuar como aliada política de la alcaldía de Eva Copa.
El Alto, Bolivia. – La reciente ratificación de Marcelo Mayta como ejecutivo de la Central Obrera Regional (COR) de El Alto ha generado una ola de críticas entre sectores sociales y vecinales de esta urbe, quienes denuncian un proceso “cocinado” y fuera de norma, señalando una pérdida total de credibilidad de la organización sindical.
Una de las voces más contundentes ha sido la de Guadalupe Daza, activista alteña y exejecutiva de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), quien manifestó su rechazo a la reelección de Mayta, asegurando que esta fue anticipadamente planificada.
“Esto ya se venía. La población ya tenía conocimiento de que se iba a ratificar. Pero también hay que decir que a la población ya no nos interesa si así le hayan reelecto, le hayan puesto guirnalda o lo hayan alzado en hombros. No nos interesa, porque ya han perdido la credibilidad”, declaró Daza.
Acusaciones de servilismo político
Daza fue aún más allá al asegurar que la actual COR no representa los intereses de los trabajadores alteños y que, por el contrario, estaría alineada con la administración municipal.
“Ya no luchan por el beneficio de sus sectores. Están en el cargo solo por sus intereses personales y políticos. Muchos buscan ser tomados en cuenta como diputados”, denunció.
La activista acusó a la dirigencia de ser “aliados” de la alcaldesa Eva Copa, lo que —a su juicio— ha generado un distanciamiento con las bases sociales que antes respaldaban a la COR.
Críticas al proceso y advertencias a las Fejuves
La exdirigente también cuestionó el proceso interno que permitió la reelección de Mayta, asegurando que en otras regiones del país este tipo de ratificaciones serían inaceptables por ser contrarias a los propios estatutos sindicales.
“Solo en El Alto pasa la re-re-reelección. Sabemos muy bien que dentro de los estatutos no puede ser reelecta una persona”, afirmó con ironía.
Asimismo, Daza advirtió a las diferentes Fejuves y CORes de la ciudad —que actualmente se encuentran fraccionadas en al menos seis o siete instancias paralelas— que la población ya no se deja engañar con proclamaciones preestablecidas.
“Hoy en día el candidato va a ganar quien tenga mejor propuesta y realmente llegue a las redes sociales. Las organizaciones sociales no están ya en la era de la imposición, ahora la conciencia de la población se forma también con ayuda de los medios de comunicación”, sentenció.
Una COR cada vez más alejada de su base
El descontento social expresado por Daza refleja un creciente malestar en sectores alteños, que ven cómo sus representantes históricos han sido cooptados por intereses políticos, dejando de lado su rol reivindicativo.
Mientras tanto, el silencio de la dirigencia ratificada ante estas acusaciones ha generado aún más cuestionamientos, alimentando la percepción de que la Central Obrera Regional ya no cumple con su papel tradicional de defensa de los derechos laborales y sociales en la ciudad más combativa del país.
La ratificación de Mayta, lejos de fortalecer a la COR, parece haber profundizado su crisis de legitimidad. La ciudadanía, según se percibe, ya no cree en proclamaciones, sino en propuestas concretas y liderazgos genuinos, acordes con las nuevas dinámicas políticas y sociales de El Alto.
EC/Andina