El sector panificador boliviano ha expresado su profunda preocupación ante la inestabilidad en el suministro de harina por parte de Emapa y la fluctuación constante del dólar, factores que impiden establecer un precio fijo y estable para el pan. Rubén Ríos, representante de los panificadores, advirtió sobre las dificultades actuales y futuras si no hay una intervención gubernamental que garantice la estabilidad económica y la disponibilidad de insumos clave.

Entrega Errática de Harina y la Incertidumbre de Emapa

Rubén Ríos detalló que los panificadores afiliados están recibiendo la harina de Emapa en «pocas cantidades», lo que genera una gran incertidumbre en la producción diaria. «Más o menos los afiliados están recibiendo en pocas cantidades, pues están recibiendo y se van a mantener», afirmó Ríos, señalando que la próxima entrega programada para el próximo jueves aún no tiene una cantidad definida.

La preocupación se agrava por la aparente desaparición del trigo en el mercado local, a pesar de la llegada de otros productos como «aviacha». Las cantidades distribuidas por Emapa son insuficientes, con repartos que alcanzan apenas «cuatrocientos o seiscientos medio quintalitos», lo que obliga a una reprogramación constante y pone en jaque la distribución equitativa entre los panificadores.

El Dólar: El Mayor Obstáculo para Precios Fijos

El principal reclamo del sector se centra en la variación del tipo de cambio del dólar, que impacta directamente en el costo de la harina y otros insumos. Ríos fue categórico al señalar que la inestabilidad cambiaria impide fijar un precio justo y predecible para el pan.

«Si se baja, también tendría que estarse el dólar estable aquí en Bolivia. Entonces esa situación a nosotros no nos permite dar un precio fijo a la población», explicó Ríos. El representante de los panificadores ilustró la situación con un ejemplo claro: «Si nos estaría establecido el dólar a 12 bolivianos, ya sabríamos que la harina va a costar un promedio de 350. Entonces esa situación tendríamos un precio a la final sin subvención a un boliviano.»

La fluctuación actual, con subidas y bajadas de incluso diez bolivianos, genera una imprevisibilidad que el sector no puede asumir. «No garantizamos esa situación. Si el gobierno nos garantiza», sentenció Ríos, haciendo un llamado a las autoridades para que aseguren la estabilidad del tipo de cambio.

La Harina Argentina y la Urgencia de Regulación

Una posible luz al final del túnel podría ser el ingreso de harina argentina, favorecido por una política de «exportación cero» de algunos productos en el país vecino. Sin embargo, Ríos advirtió que para que esto beneficie realmente a los panificadores, es crucial una internación legal y regulada.

«La harina va a rebajar porque va a ingresar incluso el trabajo, va a ingresar la harina argentina», indicó Ríos. No obstante, enfatizó la necesidad de cumplir con la normativa: «No, no, una harina que no tenga su registro sanitario… tiene que ser una harina legalmente internada de Argentina.»

Crisis de Levadura: Un Costo Adicional Inesperado

A la problemática de la harina y el dólar se suma una creciente escasez de levadura, un insumo vital para la panificación. Ríos informó sobre la falta de entregas por parte de la empresa Venado, que adeuda suministros de julio, agosto y septiembre.

«Con Venado esta tarde vamos a tener reunión para que nos dé de julio, agosto y nos va a ver de septiembre. Entonces si Venado no lo quiere vender a Emapa, lamentablemente sin levadura nos vamos a quedar», expresó con preocupación. Esta situación ha obligado a los panificadores a adquirir levadura a precios exorbitantes en el mercado paralelo. «Estamos comprando con 280 bolivianos la caja de levadura, es un desmedro para nuestro sector incrementar nosotros esos costos», denunció.

Llamado al Gobierno para un «Precio Preferencial»

Los panificadores, a través de Rubén Ríos, hicieron un enérgico llamado al nuevo gobierno para que analice a fondo la situación y establezca políticas que permitan la sostenibilidad del sector. Además de la estabilidad del dólar, solicitaron que Bolivia importe insumos y los ofrezca a un «precio preferencial» a los panificadores, aunque no necesariamente subvencionado.

«Esa situación hay que analizarle bien con el nuevo gobierno», concluyó Ríos, destacando la necesidad del «pan de batalla» conjunto para garantizar la producción y el precio del pan, un alimento esencial en la canasta familiar boliviana.

JR/Andina