Cusicanqui detalla los efectos de la inflación en América Latina y el Caribe, y el contrabando de productos bolivianos hacia países vecinos


Inflación internacional y su impacto en Bolivia

El ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, abordó en conferencia de prensa la creciente inflación en América Latina y el Caribe, señalando que Bolivia ha logrado mantenerse por debajo del promedio regional, pero que la economía boliviana no es inmune a los efectos de la inflación global.

Cusicanqui explicó que, desde 2020, Bolivia ha enfrentado un doble desafío: los fenómenos climáticos adversos, como La Niña y El Niño, que han afectado la producción agrícola, y el incremento de la inflación mundial. «Desde la gestión 2020, hemos tenido fenómenos climáticos extremos que afectan los precios de los alimentos. Esto, junto con la inflación importada, ha tenido repercusiones dentro de nuestra economía», explicó el ministro.

Según los datos presentados, mientras la inflación en la región alcanzó un promedio del 16,7 % en 2024, Bolivia ha mantenido una inflación controlada, en gran parte gracias a las políticas de subsidio a los hidrocarburos, que permiten mantener precios bajos en productos básicos.


El contrabando a la inversa: una nueva amenaza

Uno de los principales problemas que Cusicanqui destacó es el fenómeno del «contrabando a la inversa», en el cual productos bolivianos son extraídos ilegalmente hacia países vecinos, como Argentina, Chile y Brasil, donde los precios de los mismos productos son considerablemente más altos.

«Por ejemplo, el kilo de tomate en Bolivia cuesta alrededor de ocho bolivianos, mientras que en Argentina llega a costar más de 20 bolivianos. Esto genera un incentivo para que estos productos salgan del país ilegalmente», señaló el ministro.

El contrabando de productos bolivianos se ha convertido en una preocupación creciente, ya que impacta tanto en la disponibilidad de alimentos en el mercado interno como en los precios. Cusicanqui también mencionó que este fenómeno afecta principalmente productos como la cebolla, la papa, el azúcar y la carne, que en Bolivia tienen un precio considerablemente menor en comparación con países vecinos.


Medidas para frenar la inflación y el contrabando

Ante esta situación, el gobierno boliviano ha implementado varias medidas para mitigar los efectos de la inflación importada y controlar el contrabando. Entre ellas, Cusicanqui destacó la reducción del gravamen arancelario a cero para productos esenciales como el trigo, la harina de trigo, materias primas, medicamentos, agroquímicos y maíz. Estas medidas estarán vigentes hasta el 31 de diciembre de 2024 y buscan reducir los costos de producción y garantizar la estabilidad de precios en el mercado interno.

«Es crucial que los bolivianos sigan beneficiándose de la subvención en hidrocarburos, y que esos beneficios no se pierdan debido al contrabando. Estamos trabajando en controles más estrictos en las fronteras para frenar la salida ilegal de productos», subrayó el ministro.


Contrabando y controles fronterizos

Cusicanqui finalizó su intervención resaltando la importancia de fortalecer los controles en las fronteras para evitar que productos bolivianos sigan siendo extraídos ilegalmente. «El gobierno nacional ha empezado a implementar medidas para controlar este fenómeno, y seguiremos trabajando para que los precios en Bolivia se mantengan accesibles para las familias», concluyó.

Este esfuerzo es fundamental para proteger la economía interna y garantizar que las políticas de subsidio continúen beneficiando a la población boliviana, evitando que los productos subsidiados terminen en mercados internacionales.


La inflación global y el contrabando a la inversa representan grandes retos para la economía boliviana. Las medidas tomadas por el gobierno, como la reducción de aranceles y el fortalecimiento de los controles fronterizos, buscan proteger el mercado interno y asegurar que los productos esenciales sigan siendo accesibles para todos los bolivianos.

JR/Andina