Un panorama sombrío para la economía boliviana

Gary Rodríguez, gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), alertó sobre el impacto devastador de los avasallamientos en la economía del país. Según un sondeo realizado por el IBCE entre el 19 y el 21 de noviembre, el 98% de los encuestados afirmó que estas prácticas ilegales están impidiendo mayores inversiones en el agro y afectando la producción agrícola destinada a la exportación.

«Estos delitos no solo afectan la inversión, sino también nuestra capacidad de generar excedentes para exportación, lo que repercute directamente en la generación de divisas para el país», señaló Rodríguez.

Justicia ineficaz y aumento de la violencia

El estudio, basado en 1.181 respuestas digitales, también evidenció una fuerte crítica a la justicia boliviana: el 89% de los encuestados considera que no protege adecuadamente a los agricultores y ganaderos de los avasallamientos. Además, el 83% expresó preocupación por el uso de armas de fuego en estos conflictos, lo que agrava la inseguridad en el sector.

«Un país sin seguridad jurídica está destinado a languidecer», advirtió Rodríguez, enfatizando que la falta de respeto a la propiedad privada afecta no solo la producción, sino también la imagen internacional de Bolivia.

Exportaciones en caída libre

Los avasallamientos no son el único problema que afecta a la economía. Rodríguez detalló que las exportaciones bolivianas han caído $1.643 millones en los primeros nueve meses del año. El complejo oleoproteico de la soya, que incluye tortas, aceites y derivados, sufrió una caída de $523 millones, dejando de exportarse 708.000 toneladas en comparación con el mismo periodo del año anterior.

«La sequía, la falta de diésel, los bloqueos y la baja de precios contribuyeron a esta situación, pero los avasallamientos agravan el panorama al desalentar la inversión y la producción», explicó.

El contraste con Paraguay

En un análisis comparativo, Rodríguez resaltó el caso de Paraguay, un país más pequeño que Santa Cruz y con la mitad de la población de Bolivia, que destaca por su seguridad jurídica.

«Paraguay exportó $3.000 millones en carne en los primeros 10 meses de este año, mientras que Bolivia apenas alcanzó $185 millones hasta septiembre. En soya, Paraguay marcó un récord de 77 millones de toneladas exportadas, el doble de lo que Bolivia produjo en su mejor año», afirmó.

Rodríguez atribuyó este éxito a la estabilidad jurídica que atrae capitales y empresas, incluso de origen boliviano, hacia Paraguay. «Lo que necesitamos es que los capitales se queden en Bolivia, pero para ello es imprescindible garantizar seguridad jurídica», agregó.

Urgencia de medidas concretas

El gerente del IBCE instó al gobierno a tomar acciones firmes contra los avasallamientos y a establecer un marco jurídico que proteja la inversión y la propiedad privada. «Sin seguridad jurídica, la inversión extranjera directa seguirá cayendo y los capitales nacionales buscarán refugio en otros países», concluyó.

El futuro económico de Bolivia depende, según Rodríguez, de decisiones urgentes y contundentes para enfrentar estas problemáticas estructurales que están erosionando la producción, el empleo y la confianza en el país.

JR/Andina