El director ejecutivo de la Fundación Jubileo, Juan Carlos Núñez, advirtió sobre el deterioro del sistema de salud y los desafíos económicos que enfrenta Bolivia, describiendo un panorama crítico que podría prolongarse por varios años.
El sistema de salud: precariedad expuesta
Durante una conferencia de prensa en el Hotel Presidente, Juan Carlos Núñez describió la situación del sistema de salud boliviano como alarmante. Según el análisis presentado, la calidad y calidez en la atención médica son deficientes, dejando a la población en largas esperas y enfrentando un sistema que no responde a sus necesidades.
“Las interminables esperas y la falta de atención adecuada son una muestra clara de la precariedad en nuestro sistema de salud. Esto demanda recursos millonarios que el Estado no está en condiciones de garantizar”, señaló Núñez.
Además, advirtió sobre la incapacidad del Estado para atender y prevenir enfermedades emergentes como el cáncer y problemas cardiovasculares, cada vez más comunes en la población. «No debe haber una persona acá que no tenga un amigo o pariente que haya padecido alguna de estas enfermedades», afirmó.
Crisis económica: el iceberg de una tormenta mayor
Núñez también abordó la crisis económica, calificándola como una de las más complejas en la historia reciente del país. “Estamos enfrentando una conjunción de crisis económica y energética que no tiene precedentes, ni siquiera en la época de la UDP”, indicó, haciendo referencia al periodo de hiperinflación en los años 80.
El director de Jubileo enfatizó que el país depende en gran medida de termoeléctricas que funcionan con gas, lo que refleja un bajo nivel de planificación en el sector energético. Esta situación, aseguró, tendrá repercusiones severas en el corto y mediano plazo.
En cuanto a la contracción económica, Núñez proyectó un impacto significativo en los sectores más vulnerables: “Más de dos millones de personas en Bolivia podrían volver a la pobreza, especialmente aquellos vinculados al comercio y los servicios”.
Recursos mal gestionados y oportunidades perdidas
Otro punto crítico señalado por Núñez fue la falta de resultados visibles a pesar de los ingresos generados durante la bonanza económica. “¿Dónde están los 60.000 millones de dólares que se manejaron en ese periodo? No hemos sido capaces de ofrecer respuestas efectivas ni siquiera en tiempos favorables”, cuestionó.
El bono demográfico, que representa al 60% de la población en edad de trabajar, fue identificado como una oportunidad desaprovechada. «Estamos en el mejor momento para aprovechar nuestro capital humano, pero nos encuentra en condiciones adversas», agregó.
Un llamado a la acción ante un panorama sombrío
El diagnóstico presentado por Núñez no solo evidenció problemas estructurales en el sistema de salud y la economía, sino que también urgió al Gobierno y a la sociedad a reflexionar sobre la necesidad de cambios profundos en la planificación y ejecución de políticas públicas.
“La situación que enfrentamos como bolivianos requiere no solo recursos, sino voluntad y visión para afrontar los retos que se avecinan en los próximos años”, concluyó.
Un futuro incierto
El informe de la Fundación Jubileo pone sobre la mesa temas cruciales para el desarrollo del país. La crisis del sistema de salud y el panorama económico exigen una respuesta inmediata para evitar un deterioro mayor en la calidad de vida de los bolivianos. La pregunta sigue siendo: ¿está el país preparado para enfrentar estos desafíos?
JR/Andina