Carlos Romero, ex ministro del ala evista del Movimiento al Socialismo (MAS), ha lanzado duras críticas contra el gobierno de Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, acusándolos de desmantelar las instituciones del Estado y corromper la justicia en Bolivia.
En una declaración contundente, Romero denuncia un supuesto pacto de impunidad para encubrir casos de corrupción, señalando directamente a la familia del presidente y sus colaboradores más cercanos como responsables de un asalto desmedido al Estado boliviano. Según sus palabras, la familia de Arce Catacora, incluyendo a sus hijos, esposa, cuñados y primos, estarían involucrados en actos de corrupción y enriquecimiento ilícito.
El ex ministro también arremete contra el vicepresidente David Choquehuanca y su familia, mencionando la venta de una mansión por parte de su hijo y acusándolo de corrupción. Además, señala la presunta participación de altos funcionarios del gobierno en casos de narcotráfico y tráfico de influencias, así como la complicidad de algunos ministros en la liberación de delincuentes.
Romero advierte sobre la amenaza que representa esta supuesta corrupción para el proceso de cambio y el Estado plurinacional, argumentando que el MAS es la fuerza del pueblo organizado políticamente. A pesar de los ataques de la derecha nacional e internacional, él confía en que el pueblo boliviano sabrá identificar a sus verdaderos enemigos y tomará decisiones inteligentes para superar esta situación.
Estas declaraciones, que han generado controversia en el ámbito político boliviano, ponen de manifiesto las tensiones y divisiones existentes en el país, así como el desafío de combatir la corrupción y preservar la integridad de las instituciones democráticas.
En medio de este panorama, queda por ver cómo responderá el gobierno y cómo reaccionará la ciudadanía ante estas acusaciones. Sin embargo, lo que queda claro es que el debate sobre la ética y la transparencia en la política boliviana está lejos de llegar a su fin.
JP/Andina