El Alto, Bolivia – En un reclamo que refleja el descontento de la comunidad, vecinos de las zonas Ceja, 12 de Octubre, Villa Dolores, Jorge Carrasco, Franco Valle y la Avenida 6 de Marzo han denunciado la creciente contaminación acústica generada por vendedores de tiendas y puestos en estas áreas comerciales. Los vecinos piden al municipio tomar medidas urgentes para controlar el ruido excesivo que afecta su calidad de vida.
Contaminación Acústica y sus Efectos
Según testimonios recogidos en el centro comercial de El Alto, los parlantes utilizados por los vendedores para anunciar sus productos emiten un volumen tan alto que resulta perjudicial para los oídos de los transeúntes y residentes. «Es una contaminación para el oído, lastima especialmente a los oídos y podría perjudicar hasta en el sistema nervioso», comentó uno de los vecinos afectados.
Falta de Control Municipal
Los vecinos expresaron su frustración por la falta de acción de las autoridades municipales y de la Gobernación. «Lastimosamente, la Alcaldía y la Gobernación no toman en serio este aspecto. Deberían tomar cartas en el asunto para proteger el bienestar común de la sociedad», señaló otro residente. A pesar de haber comunicado previamente sus preocupaciones al municipio, los vecinos indican que la regulación y el control sobre la propaganda acústica son insuficientes.
Necesidad de Regulación de Decibeles
El problema de la contaminación acústica no es nuevo, pero la falta de control ha llevado a los vecinos a reiterar sus quejas. «Entendemos la necesidad del comercio de poder exhibir y vender sus productos, sin embargo, creemos que deben ser controlados en cuanto a los decibeles y el ruido que generan», afirmaron.
La situación es especialmente grave en áreas comerciales de alta afluencia como la Ceja, donde la presencia de parlantes es constante. «Hay una contaminación acústica permanente aquí en la Ceja, en la zona 12 de Octubre, Villa Dolores, Jorge Carrasco, Franco Valle y la Avenida 6 de Marzo», explicaron los vecinos.
Llamado a la Alcaldía
Ante esta situación, los vecinos exigen a la Alcaldía de El Alto que realice controles efectivos sobre los parlantes instalados por los vendedores. La falta de acción por parte de las autoridades ha llevado a un deterioro en la calidad de vida de los residentes, quienes esperan que sus voces sean escuchadas y se tomen medidas concretas para regular la contaminación acústica.
La comunidad de El Alto confía en que las autoridades municipales tomen en serio este problema y establezcan regulaciones que limiten el volumen de los anuncios comerciales, protegiendo así la salud auditiva y el bienestar de todos los ciudadanos.
EC/Andina