El sector transporte, a través de la Confederación de Chóferes, acusa a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) de negligencia por la falta de control en los combustibles. Advierten que los daños a sus vehículos son graves y que tomarán medidas legales.

La Confederación de Chóferes de Bolivia, a través de su dirigente Lucio Gómez, denunció este lunes que, si bien se ha aliviado la escasez de combustible, la gasolina que se distribuye actualmente en el país es de «mala calidad» y está provocando daños mecánicos severos a sus herramientas de trabajo. Ante la inacción que atribuyen a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), el sector anunció que recolectará muestras a nivel nacional para realizar sus propios análisis en laboratorios de universidades bolivianas.

En una conferencia de prensa, Gómez fustigó a la ANH por no actuar de oficio y esperar denuncias formales, mientras los transportistas enfrentan reparaciones costosas que, según afirmó, podrían superar el valor de un motor nuevo.

«La ANH es la culpable»: Critican inacción y falta de certificación

El dirigente cuestionó duramente la postura de la ANH, señalando que la entidad debería garantizar la calidad del combustible que ingresa y se distribuye en el país sin necesidad de que existan quejas formales por parte de los afectados.

«Qué pena que todavía digan los de la ANH ‘no tenemos denuncias, no tenemos quién ha denunciado oficialmente’. Ellos por oficio ya debían tomar las decisiones correspondientes para saber por qué y de dónde está proviniendo esto», declaró Gómez.

El representante de los chóferes apuntó a la falta de certificaciones como una de las principales causas del problema y responsabilizó directamente a la agencia estatal por las consecuencias económicas que esto genera en el sector.

Análisis universitarios para certificar la calidad del combustible

Ante la desconfianza en los controles oficiales, la Confederación ha instruido a todas sus federaciones departamentales a recolectar evidencia de los daños en talleres mecánicos y a tomar muestras del combustible para someterlo a un análisis independiente.

«Nosotros vamos a hacer analizar, y no quiero decir que voy a llevar al exterior. Aquí vamos a tomar la cooperación de nuestras universidades que tenemos en todos los departamentos del país, que ellos tienen su preparación, tienen su capacidad, tienen sus equipos para poder hacer análisis correspondientes», explicó.

Gómez adelantó que los resultados de estos estudios se darán a conocer la próxima semana, momento en el cual definirán las acciones a seguir.

Un golpe más a una economía ya debilitada

El problema de la calidad del combustible se suma a una serie de dificultades que, según el dirigente, están asfixiando al transporte boliviano. Mencionó las largas filas, las deudas bancarias, el riesgo de remate de sus vehículos y viviendas, y la presión tributaria.

«Ya nos están matando de hambre por las filas que tienen, nos están permitiendo rematar nuestras casas (…), pero sin embargo, un 15-20% trabajando. Eso es intolerable porque el gobierno no perdona absolutamente nada de los impuestos», lamentó Gómez.

Para el sector, el daño mecánico actual es la gota que rebalsa el vaso, pues los obliga a enfrentar gastos imprevistos que podrían llevarlos a endeudarse nuevamente. «La reparación va a costar mucho más que el motor. Automáticamente nos van a obligar a comprar otro motor, y eso significa otra vez acudir a alguna banca privada», sentenció.

«No lo vamos a tolerar»: Advierten con procesos y medidas de presión

Finalmente, Lucio Gómez advirtió que la Confederación de Chóferes no se quedará de brazos cruzados y que buscarán responsables por el daño económico y material que están sufriendo.

«La reacción es de toda la federación del país y como confederación vamos a tomar las medidas que de verdad se tienen que tomar. Si hay que hacerse proceso, se tiene que hacer; si tiene que haber culpables, lo tenemos que encontrar. Repudio contra la ANH (…) no lo vamos a tolerar este hecho que está dañando al alto transporte boliviano», concluyó.

JR/Andina