El Ministro de Justicia exigió el cumplimiento estricto de la resolución judicial que obliga al exmandatario a disculparse en un medio impreso.

La Paz, Bolivia — El Ministro de Justicia, César Siles, arremetió contra el expresidente Evo Morales, calificando de «burla» su retractación parcial por las injurias y calumnias vertidas en su contra. La autoridad denunció que Morales incumplió la resolución judicial que le ordenaba emitir disculpas a través de un medio impreso de circulación nacional.

“Un desacato a la justicia”

“Es una burla al sistema de administración de justicia, un desacato a una resolución jurisdiccional dictada por un juez de sentencia en La Paz”, declaró Siles, visiblemente molesto. Según explicó, la orden judicial establecía dos condiciones claras para la retractación de Morales: la publicación en un periódico de circulación nacional y otra en su página oficial de Facebook.

Si bien Morales cumplió parcialmente con la segunda condición, el Ministro sostuvo que “entendemos que retiró rápidamente la publicación de sus páginas”, lo que constituiría un incumplimiento directo de la orden judicial. Además, no se registró ninguna publicación en un medio impreso, tal como lo estipula la resolución.

Posible inicio de un juicio oral

Siles advirtió que, de persistir el desacato, solicitará al juez encargado que conmine a Morales a cumplir con la resolución. “En caso de no hacerlo, de ser reticente como tiene acostumbrado el señor Morales, diremos que se reinicie y señale día y hora de juicio para continuar con el procedimiento ya en un juicio oral, público y contradictorio por los delitos que yo he acusado”, manifestó.

El Ministro recordó que la denuncia por calumnias e injurias data de septiembre del pasado año y que, dado el avance del proceso, se podría obtener una sentencia en pocos meses. “Máximo dos años son los plazos para este tipo de acciones privadas”, concluyó.

Este nuevo episodio tensa aún más la relación entre el Gobierno y el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), evidenciando las fracturas internas que persisten en el escenario político boliviano.

JP/Andina